Es básicamente una medida de carga molecular que se refiere a la capacidad de una sustancia para oxidar o reducir la oxidación y se mide en milivoltios (mV).

   Una carga positiva de ORP indica que la sustancia es un oxidante. Cuanto mayor sea la carga positiva, más fuerte será su poder oxidante.

   Cuanto menor sea el ORP (valor negativo) de alimentos o bebidas, mayor será el potencial que tiene para revertir el proceso de envejecimiento del cuerpo a nivel celular.

   A medida que envejecemos, el ORP de nuestro cuerpo se eleva continuamente. El ritmo al que nuestro cuerpo oxidado está directamente relacionado con nuestra dieta y otras sustancias que comemos. Además, en el cuerpo humano, la oxidación es causada, en parte, por el daño causado por los radicales libres, moléculas de oxígeno inestables que nos roban electrones, que causan oxidación, lo que conduce al envejecimiento y causa enfermedades.

   El ORP negativo es beneficioso para nuestro cuerpo, ya que te ayuda en la lucha contra los radicales libres, reduce la oxidación, es decir, funciona como un agente antioxidante. Esto significa actuar directamente en la causa del envejecimiento temprano, ayudando al sistema fisiológico humano a deshacerse de varios elementos tóxicos vinculados a la aparición en exceso de radicales libres. Encontrarás este ORP negativo en alimentos sin cocinar y agua Kangen (agua ionizada).

   La ORP positiva, a su vez, aumenta la oxidación (envejecimiento) y se encuentra en el agua del grifo, agua embotellada, agua de ósmosis inversa y destilada, así como en alimentos cocidos y procesados. Es decir, hay que evitarlo porque daña la salud.

   Para convertir un ORP positivo en un negativo, nuestro cuerpo gasta energía, por lo que es mejor beber agua con ORP bajo.